El hombre es el único animal capaz de recordar. Al menos, eso suponemos, y algo así escribió Friedrich Nietzsche en sus consideraciones de 1873. Aunque para él no se trataba de una gran cualidad que enalteciera al género humano, sino más bien todo lo contrario. «Es posible vivir casi sin recuerdos, sí, y vivir feliz así, como lo muestra el animal», constaba entonces el filósofo alemán, «pero es absolutamente imposible vivir, en general, sin olvido». Por eso, olvidar rumiando sería, para Nietzsche, «la capacidad más elevada del espíritu».
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