Pau Marí-Klose y José Saturnino Martínez
Jóvenes y precarios contra la vieja política
La precariedad en España

Restos del desayuno que Dolores y su marido prepararon para los amigos y familiares que fueron a mostrarles su apoyo el día de su desahucio. Jabalí Nuevo, Murcia, 2013. Parte del proyecto La sociedad paralela
© Jordi R. Cirera, 2013
Ahora que el gobierno se apresura a dar la crisis por finiquitada, es el momento de preguntarse en qué medida el paisaje social de este país ha quedado sustantivamente alterado en estos años, si no de manera irreversible, sí de modo duradero y estructural.
Un ejercicio de este tipo pasa necesariamente por constatar dónde se han concentrado los efectos sociales de la crisis. Los efectos de la crisis van por barrios, y en algunos de ellos, el huracán que ha destrozado vidas y quebrado certidumbres se ha manifestado como una ligera brisa, incapaz de acatarrar a nadie.
Para leer este artículo completo COMPRA ESTE NÚMERO o SUSCRÍBETE A LA REVISTA
Si ya lo has comprado o eres suscriptor Inicia sesión