
©Miquel Taverna
La primera vez que coincidí con Masha Gessen (Moscú, 1967), fue en el festival literario Pen World Voices de Nueva York, hace cuatro años. Después de su intervención, los participantes y el público compartimos el bar del Standard Hotel, situado en la última planta, con unas vistas espléndidas. Mientras todo el mundo se lanzó sobre las bebidas y algunos se pusieron a bailar, Masha se dedicó a conversar, de pie, sobre los temas que le interesaban; era la única persona que no sostenía una copa en la mano.
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