
© Andrew Esiebo
William Eggleston, uno de los fotógrafos contemporáneos más influyentes por su uso del color, concibe la fotografía como un símbolo, una huella que dejamos en el transcurrir de nuestros días. Según esta percepción, los fotógrafos son observadores, creadores de realidades incompletas y parciales que tienen capacidad para situarnos delante de las transformaciones sociales. En mi opinión, es ahí donde se sitúa la fotografía, y ubicarla en otro estrado como si tuviera la función de reflejar fielmente la cotidianeidad, es arriesgado. Sin embargo, la fotografía documental se otorga el rol de congelar la realidad. Pero la pregunta que podemos hacernos es ¿qué realidad? Porque no existe una, sino múltiples realidades que se fabrican –de manera
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